La historia de Charlie.

Que poco cuesta quitar del del frio, del hambre y del sufrimiento a un ser vivo.

Que egoístas somos muchas veces al ver tantos casos como este y miramos hacia otro lado.

No digo que debamos desvivirnos por buscar, encontrar y dar todo lo que tengamos a todos los que lo necesiten... porque a veces cuesta mantenernos a nosotros mismos,  pero sí digo, que tampoco debemos ignorar tantos seres vivos que pasan necesidad. A veces con un poco de ayuda es suficiente.
Un poco de comida, un poco de cuidado o mimos, cariño, un poco de agua, ... un hogar... 

No hace falta que cada uno montemos una protectora de animales en nuestras casas, pero sí molestarnos en buscar a alguien que pueda hacerlo, preguntar y difundir el mensaje de que hay un animal abandonado, por si alguien puede ayudar. No cuesta tanto.
Tampoco me voy a poner a dar un super discurso.

Esta es la historia de Charlie.

Este perro lo vieron unos amigos en la estación de mi pueblo, pusieron un evento en una red social por si alguien podía recogerlo, y mi madre, de casualidad vio el evento, y como tiene el corazón mas grande de este mundo, cogió el coche fue allí y lo trajo a mi casa.

El perro estaba en los huesos, con la piel enferma, y con mucho miedo.

Recuerdo perfectamente la primera vez q lo vi en mi patio, encogido en una esquina. ¡Qué lastima!

El perro se llevó al veterinario, se lavó día si, día también a la vez que le curábamos las heridas, le dimos de comer... Mi madre le sacaba a pasear cada día. 

Y con tiempo y amor Charlie es otro, es cariñoso, bueno, alegre, agradecido y sobre todo, feliz.

 

Podría haber sufrido de hambre, soledad, desamparo. Podría haber sufrido por palizas de personas (era un perro muy grande y enfermo). Podría haber muerto en la más absoluta tristeza y a nadie le hubiera importado y sin embargo...

Esto es lo que pasó:

Gracias mamá. Gracias por ser como eres. Gracias por darnos este gran ejemplo.

Gracias de parte de Charlie, gracias de parte de todos.


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